El arma más poderosa y trascendente que tenemos es la palabra, la palabra bien usada (momento y escenario), penetra el oído y, por más ruido que exista, se queda en el recepcionista.
Puede difuminarse, pero no podrá borrarse.
Decía el charrúa Eduardo Galeano en su libro de minicuentos, que hay palabras andantes, y por eso buscó ayudar a quienes -por el simple hecho de vivir en una rutina- nos olvidamos de vivir. Él fue recogiendo voces en el camino, y fue poniéndole música a sus sueños, concluyendo que, mediante el buen uso de la palabra, se puede trascender.
Hoy es un día especial. Un momento peculiar. Pequeñas y grandes decisiones trascendentales las que se toman, pero al fin y al cabo decisiones.
Mujeres que, unidas levantan la voz. El día internacional de la mujer más morado y menos demorado, porque ya no queremos que se tarde más, queremos y trabajamos para que las cosas sucedan, y sucedan pronto.
Queremos inspirar, queremos trabajar, queremos hacer equipo, queremos aportar, queremos aprender, queremos compartir, y queremos que mediante nuestra mejor arma siga siendo la palabra, esa palabra que inspira, que motive, que contagie, que enfatice, que potencíe, queremos y sabemos que podemos.
La lucha insiste y persiste, porque, como lo dijo hoy Santiago Arau:
Seguimos…