Creer, siempre creer

Creer de credibilidad, de esperanza, de fe, o de ilusión, de compromiso, de persistencia, de saber que se puede, de querer que se pueda, de trabajar para que se pueda, de intentarlo hasta que se pueda… pero al fin y al cabo siempre creer.

Dentro de todo el ruido, el entretenimiento digital que pueda distraernos, siempre habrá esa esencia, ese mensaje o esa imagen que nos congele un momento, nos ponga a reflexionar, a hacer introspección.

Hoy me topé con una imagen con un tifo colgado en las calles de Milán. Siendo Italia uno de los países más afectados actualmente por el virus, la crisis no sólo de salud sino económica y mental debe ser complicada. Pero aparece alguien, con fe y con ganas de generar buena vibra y esperanza a los que le rodean, y decide colgar la frase:

Todo estará bien después, de Estambul está Atenas.

El Milán perdió la Champions en Estambul en 2005, tras ir ganando 3-0 al medio tiempo, en la parte complementaria el Liverpool de Rafa Benítez le empató y en la tanda de penales la ‘Orejona’ se quedó con los ingleses.

Qué golpe para el Milán, la afición y Ancelotti… ¡habían hecho todo perfecto por 45′!

Pero cayeron. Y un golpe fuerte de asimilar.

No sólo buscaron asimilarlo, sino intentaron remontar la situación, y lo lograron, pues en la final del 2006-2007, precisamente en Atenas y con un doblete del emblemático Filippo Inzaghi, el Milán se hizo de la Copa.

El fútbol así es, y la vida también, busquemos generarnos oportunidades. Si nos toca una situación y un escenario complicado, tenemos que planear estrategias para no sólo aprender a sufrir, sino a levantarnos, y en ese impulso conquistar la remontada.

Se puede. 

Se puede, Milán.

Se puede, Italia.

Se puede, México.

Se puede, Mundo.

Busquemos remontar esta situación, busquemos ayudar, seamos empáticos, generemos esos mensajes que dan esperanza a nuestros cercanos, que nos invitan a creer, o en su defecto, a volver a creer.

Se puede.