Cuando pasan los días tan rápido, quiero contrarrestarlos con pausas dedicadas.
De repente avanzan las cosas, y avanzamos por ende con el entorno donde estamos.
Dejar fluir me ha funcionado en la fórmula.
Pero me gusta ver el retrovisor, para poder seguir acelerándole. Me propongo disfrutar el camino siempre, con los copilotos que la vida vaya poniendo, pero también me planteo tener cada día más claro el destino.
Ayer leí: “Eso que les ha estado pasando por la cabeza todos los días, eso es lo que tienen que hacer”, y no dejé de pensarlo hoy porque me quise convencer que funcionaría tener tatuadas esas ideas en el día, por si llega el momento donde el ánimo decaiga.
Luego en la tarde escuché que alguien a quien admiro le funcionaba la fórmula de literalmente escribir en una venda en su brazo ciertas palabras que le puedan dar agallas para cuando el escenario se torne complicado.
Imposible creer en las casualidades.
Hoy volteo para atrás, y, recuerdo lo que soñé estar haciendo hace un año. Todavía no lo consigo, pero sé que un día más es un día menos, sé que cada día me acerco más a la versión que busco. Y no dejaré de intentarlo.
Hoy la quinta edición de un evento que nunca imaginé vivir, mucho menos ser parte… pero ¡cuánta pasión se vive en un Día de Medios previo a un derbi!
Cuántas historias, cuánto crecimiento, cuántas palabras, cuánta inteligencia, y cada día más reforzada la teoría de que el deporte es la mejor plataforma para trascender.
Creyendo y creando, no hay de otra.